Nelson Mandela
Si alguien me pide un ejemplo de ética política respondo con un nombre:
Nelson Mandela. Dicen popularmente que "cásate y sabrás tus defectos,
muérete y conocerás tus dones". Este no es el caso, Nelson Mandela
encarnó una lucha política de liberación que a la vez fue de
reconciliación; vivió y murió siendo congruente y como bien lo describe
el periodista John Carlin lo más importante del líder sudafricano fue su
genio político porque " la política, reducida a sus elementos
esenciales, es persuasión, ganarse a la gente. Viven de
cortejar a la gente. Y, sin son listos y hacen bien su trabajo, si
tienen talento para conectar bien con el pueblo, prosperan. Lincoln era
así, y Roosevelt, y Churchill, y De Gaulle, y Kennedy, y Martin Luther
King, y Reagan, y Clinton, y Blair. También lo era Arafat. E incluso
Hitler. Todos ellos se ganaron a su gente para la causa que defendían.
En lo que los superó Mandela -el antiHitler- fue en el alcance de su
ambición. Después de ganarse a su propia gente -ya suficiente proeza,
porque era gente muy diversa, formada por todo tipo de creencias,
colores y tribus-, se propuso ganarse al enemigo".
"Invictus"es una película que tiene como tema un evento deportivo: la Copa Mundial de Rugby de 1995 ganada precisamente por un seleccionado sudafricano compuesto de jugadores blancos al que el ejemplo, la solidaridad y el ánimo de un líder negro, Nelson Mandela, los impulsó e hizo ganar el campeonato.
Bajo la dirección de Clint Eastwood e interpretación de Morgan Freeman y Mat Damon, el guión de esta cinta está basado en el libro del periodista londinense John Carlin que mejor conoce y ha escrito sobre el ex presidente de Sudáfrica, en un libro sobre la acción ética de la política llamado "El Factor Humano: Nelson Mandela y el partido que salvó una nación".
Nelson Mandela permaneció en la cárcel 27 años de los 95 que vivió y así como lo hizo encerrado en una diminuta celda o en libertad siempre se despertó a las 4:30 de la mañana, se levantó, vistió, dobló su pijama e hizo su cama.
"Invictus"es una película que tiene como tema un evento deportivo: la Copa Mundial de Rugby de 1995 ganada precisamente por un seleccionado sudafricano compuesto de jugadores blancos al que el ejemplo, la solidaridad y el ánimo de un líder negro, Nelson Mandela, los impulsó e hizo ganar el campeonato.
Bajo la dirección de Clint Eastwood e interpretación de Morgan Freeman y Mat Damon, el guión de esta cinta está basado en el libro del periodista londinense John Carlin que mejor conoce y ha escrito sobre el ex presidente de Sudáfrica, en un libro sobre la acción ética de la política llamado "El Factor Humano: Nelson Mandela y el partido que salvó una nación".
Nelson Mandela permaneció en la cárcel 27 años de los 95 que vivió y así como lo hizo encerrado en una diminuta celda o en libertad siempre se despertó a las 4:30 de la mañana, se levantó, vistió, dobló su pijama e hizo su cama.
La cárcel le sirvió para hacerse amigo de los blancos, conocer su
historia y hablar su idioma, para encabezar una lucha de liberación del
famoso apartheid, un sistema de segregación racial en un continente y un
país de mayoría negra, que fue gobernado por la minoría blanca a base
de la intimidación, el control económico, la discriminación y sobre todo
la violencia por el simple hecho de tener un color de piel diferente.
Su lucha por la libertad, la unificación, la igualdad política y social a
través de métodos pacíficos y del interminable diálogo, representa
junto con la de Gandhi en la India, las epopeyas del ejercicio político
ético no sólo a través de un liderazgo del gobernante, sino de la visión
del estadista, que vislumbró un horizonte para su país en donde todos
tuvieran un lugar.
Estos personajes son de excepción y por desgracia en el devenir
histórico de los pueblos se dan a cuentagotas. Max Weber al analizar el
tema tan espinoso y delicado de la ética explica que en el caso de la
política se debe distinguir entre la ética de la convicción y la ética
de la responsabilidad. La primera se apoya en algo que está antes de la
acción, un principio, una proposición prescriptiva. En cambio, la
segunda se sirve de algo que viene después, el resultado, y proporciona
un juicio negativo o positivo con base en el logro de los resultados
esperados.
A estas dos éticas también se les conoce como ética de los principios y
ética de los resultados. En la historia de la filosofía moral
corresponden a ellas, respectivamente, las morales deontológicas, como
la de Kant, y las teoleológicas, como la utilitarista.
Estas dos éticas no coinciden; lo que está bien con respecto a los principios no significa que esté bien en relación con los resultados. Tomando en cuenta esta distinción, se señala que la ética de la política es la de la responsabilidad.
Estas dos éticas no coinciden; lo que está bien con respecto a los principios no significa que esté bien en relación con los resultados. Tomando en cuenta esta distinción, se señala que la ética de la política es la de la responsabilidad.
Porque como lo ejemplifica Fernando Savater en su artículo "Inflación
ética" (El País, 29 de mayo de 2013) "porque no sólo se nos puede exigir
una moral de principios, sino también otros principios derivados de la
responsabilidad como lo señaló en su día Max Weber. A quien quiera
aprender en vivo la diferencia entre ambas cosas le recomiendo Lincoln,
de Spielberg, que cuenta cómo el hombre más puro de Estados Unidos
revocó la historia para la libertad por medio de la corrupción".Con la muerte de Nelson Mandela acaba el hombre y comienza el mito.
Actuó bajo la ética política de las convicciones y obtuvo los
resultados. No por eso ahora le lloran no sólo los viejos, sino también
los jóvenes y los niños que no importando su color de piel, reconocen
que sí se puede vivir y convivir tal como lo soñó y luchó, ya sea en la
cárcel o en libertad, este líder y estadista sudafricano, cuyo Premio
Nobel de la Paz es y será un símbolo de libertad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario